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AYUDA A TUS HIJOS/AS A SER RESPONSABLES EN 4 PASOS


Una de las quejas más frecuentes que suelen expresar los padres y madres de sus hijos/as es la falta de responsabilidad, normalmente la queja viene acompañada de expresiones del tipo:


“Tiene su habitación hecha un desastre”

“Le digo las cosas mil veces y no sirve para nada, nunca hace lo que se le pide.”

“Lo único que tiene que hacer es sacarse el curso y nunca lo vemos estudiar”


La dificultad de compromiso y responsabilidad de los niños y jóvenes se convierte en una lucha diaria y muy frustrante para los padres y madres. En muchas ocasiones los padres achacan esta falta de responsabilidad a una falta de madurez, y de manera mágica como si se tratara de azar, se tiene la creencia de que los hijos van a empezar a hacerse responsables cuando “maduren”. Bien, ante esta creencia hay dos noticias, una buena y una menos buena. La menos buena es que la responsabilidad poco tiene que ver con la madurez o la personalidad de los hijos, por lo que esperar a que de manera espontánea los hijos se conviertan en eficientes gestores de su tiempo y tareas al pasar cierta edad es una quimera. La buena noticia es que, según las pautas educativas con las que enseñemos en casa, podemos enseñar a los hijos e hijas a ser responsables. Ahora bien, ¿Cómo se enseña a los hijos e hijas a ser más responsables? Aquí te presento 4 pasos que te pueden ayudar:

1. Sé ejemplo para tus hijos

Los hijos aprenden más de lo qué ven en casa que de lo qué se les pida que hagan. Para pedir a tu hijo responsabilidad o buena conducta te ha de ver siendo responsable y comportándote de manera que seas un ejemplo. ¿Qué sentido tiene pedirle a tu hijo o hija que no abuse de la comida basura si luego te pasas día sí día también comiendo o picando entre horas. ¿O cómo vas a pedirle a tu hijo que no se pelee con otros niños cuando eres el primero en insultar a otros conductores cuando vas al volante en el coche? Por supuesto que los adultos no somos robots y como humanos que somos tenemos tendencia a conductas que no siempre son las más adecuadas, no te estreses…. tan solo acuérdate de tener en cuenta que cuando tú haces o dices algo, tu hijo e hija absorbe esa información y la integra, por lo que sin darte cuenta de lo que tú hagas él o ella aprenderá a imitarlo.

2. Dale tareas

Uno no puede ser responsable si se lo hacen todo. Piensa un momento, si viniera alguien a tu casa a hacer la comida por ti, limpiara tu casa por ti y te organizara la agenda del día por ti, ¿Crees realmente que tendrías la necesidad de aprender a gestionar esos asuntos por ti mismo/a? La respuesta es clara; NO. Bien, pues tus hijos/as viven cada día esa situación, los padres les organizan la vida, les recogen los juguetes, les ponen la mesa, les recuerdan que deben hacer los deberes, e incluso hay casos de padres que les hacen los trabajos de escuela a sus hijos!

Para aprender a ser responsable uno/a tiene que tener responsabilidades de las que ocuparse. Y esas responsabilidades tienen que ser acordes a la edad de tus hijos/as. No se trata de decirles “pon la mesa” o “recoge los juguetes”, y desaparecer, ya que eso no es suficiente, debes enseñarles a hacerlo. ¿Cómo? Acompañando al principio, explicándoles cómo se hace. Las primeras veces, haz las cosas con ellos y cada vez les vas dejando que lo hagan de manera más autónoma, deja que lo vaya haciendo solo/a, encárgate de supervisar pero no lo hagas tú. Si no les das autonomía tú siempre estarás decidiendo por ellos y, por lo tanto, tú asumirás sus responsabilidades. Y luego te quejarás. Recuerda; la responsabilidad no es una excepción, debe practicarse los siete días de la semana!

3. Tiene que haber consecuencias

Si alguien no asume sus responsabilidades tiene que existir una consecuencia al respecto. Por ejemplo, si tu hijo se niega a hacer sus tareas, déjale claro que él no hacer sus tareas significa que no podrá disfrutar de su rato con la consola ese día hasta que no dedique un rato a los estudios. Sobre todo, si eres de esos padres que le hace los deberes a sus hijos, por favor deja de hacerlo!. Es importante que tu hijo experimente por sí mismo/a que si no presenta los deberes a su profesor la consecuencia será que tendrá malas notas, deberá ir a refuerzo y posiblemente tenga que pasarse el verano estudiando. ¿Lo ves? Consecuencia, le enseñamos que todos sus actos tienen consecuencias y que la persona que recibe esas consecuencias es el mismo. No se trata de que no le ayudes si te necesita, se trata de que entienda que es él/ella quien debe hacerse cargo de las tareas que se le piden y por tanto también de las consecuencias de no hacerlo. Es muy importante que sepa de antemano qué consecuencias hay de no cumplir con sus responsabilidades. Ejemplo: Explícale que si se pasa mucho rato para recoger su habitación, ese día tendréis que dedicar menos tiempo a estar en el parque porque no podréis salir de casa hasta que tenga su habitación ordenada.

4. Alaba las conductas responsables

Darte cuenta de las conductas responsables de los hijos no es suficiente, es muy importante que las señales y que se lo hagas saber elogiándoles por haberlas hecho. En cualquier momento en que tu hijo actúe con responsabilidad, describe lo que está haciendo bien y felicítale por el trabajo hecho. Esto ayudará a reforzar positivamente esa conducta. No es necesario que sea cada vez, céntrate en las primeras veces que realiza algo o que ha aprendido a hacerse cargo de alguna responsabilidad nueva, el resto de veces cuando ya lo vaya haciendo por su cuenta no será necesario alabarle todo lo que haga, o ¿A ti te alaban cada vez que te despiertas a tu hora para ir al trabajo?


Por último, recuerda: educar no es tarea fácil, es un trabajo constante del día a día, que requiere de paciencia y sobretodo de no tener prisa. No siempre lo harás bien, i es normal que así sea, pero cada vez será una oportunidad para aprender a mejorar.

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