Terapia Individual

 

Las sesiones de psicoterapia individual son un espacio de atención a personas que pasan por un momento de su vida difícil o complicado de sobrellevar por su cuenta.

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Estas sesiones ofrecen un espacio en el que tratar la necesidad de resolver situaciones particularmente difíciles y que pueden estar interfiriendo en la consecución de nuestros objetivos y metas personales. Por lo general estas situaciones tienen que ver con problemas relacionados con nuestras emociones, conductas, pensamientos o relaciones.

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Cualquier persona puede empezar una terapia individual, lo único que se necesita para comenzar un proceso de terapia es tener una demanda, o lo que es lo mismo que esté sucediendo algo en la vida de una persona, que le esté provocando malestar y que no pueda hacerse cargo por sí mismo. Independientemente de la gravedad del problema, lo importante es que este provocando en la persona malestar y/o sufrimiento.

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Entre los problemas que pueden llevar a una persona a iniciar un trabajo psicoterapéutico individual se encuentran los siguientes:

• Ansiedad con o sin ataques de pánico.

• Depresión o tristeza prolongada.

• Falta de energía, poca motivación e interés por cosas que antes si interesaban.

• Ausencia de autoestima o falta de confianza en uno mismo.

• Elaboración de duelos (muerte de un ser querido, perdida de proyectos personales o de salud)

• Obsesiones y compulsiones (pensamientos no deseados, obsesión por el orden y la limpieza,
  tendencia a acumular objetos, obsesión por la perfección,...)

• Fobias y miedos (miedo a hablar en público, a estar solo, a los aviones, etc...)

• Coaching emocional y crecimiento personal.

• Problemas en la relación con los demás (gestión de la ira, timidez, conflictos con otras personas)

• Dependencias (drogas, nuevas tecnologías, adicción al juego, a personas…)

• Trastornos alimentarios (bulimia, anorexia, sobreingesta,...)

• Sentimientos de soledad.

• Sentimiento de miedo sin motivo aparente.

• Problemas en el trabajo (bajo rendimiento laboral, sufrir acoso por parte de compañeros o superiores,…)

• Cambios bruscos en el estado de ánimo.

• Experimentar cualquier situación que provoque malestar, angustia, miedo o sufrimiento.

• Sensación de malestar o de insatisfacción inmotivada de forma persistente.

• Problemas de comportamiento o adaptación (cambiar de población, de país, de trabajo,
  quedarse en situación de desempleo, llegada de un hijo, etc...)

• Fatiga crónica.

• Problemas de sueño (no poder conciliar el sueño o despertarse varias veces durante la noche,
  despertarse cansado).